Los hijos competían, y ellos se cruzaron miradas, ambos con
historias de separaciones pasadas. Ella, buscando un respiro en medio del
dolor, él, navegando un mar de indecisión y temor.
En la grada del colegio, comenzó su conexión, con risas y
charlas, nació una dulce atracción. Decidieron mudarse cerca, donde fluía su
amor, pero pronto él enfrentó un dilema, un gran temor.
¿Volver con su familia o seguir con su nueva pasión? En su corazón una batalla, una profunda confusión. Renunció a su trabajo, cambio de ciudad, buscaba claridad, y en su camino, se alejó de ella, sin piedad. Con el tiempo, él volvió a su antiguo hogar, tenía 3 hijos a los que quería cuidar, verlos crecer y poderlos guiar. Mientras que ella buscaba consuelo, sin dejar de amar. En su hijo, su trabajo, y en el deporte halló paz, mientras los recuerdos de él empezaban a quedar atrás.
Él volvía a su rutina, intentando encontrar, la chispa perdida de aquel amor singular, la llamaba, pero ella, con fortaleza y sin lamento, seguía adelante, con su hijo, su sustento. En las noches, recordaba aquellos momentos, donde juntos reían y los pequeños tormentos. Pero la vida seguía y el sol siempre salía, dándole la fuerza para seguir en su vía.
Un día, mientras corría en el parque cercano, vio a su hijo
jugando, con una alegría sana. Sintió que el amor verdadero nunca se va, y en
su corazón, la paz volvió a encontrar.
Él también reflexionaba sobre sus decisiones, las dudas que
lo llevaron a tantas confusiones. Agradecía el retorno a su hogar familiar,
pero en su pecho, el eco de aquel amor sin igual.
Los días pasaron, y ambos siguieron su camino, ella en su
trabajo, con su hijo divino. Él, con su familia, en un lazo renovado, cada uno
con sus sueños, en un mundo transformado.
Así, en la vida, a veces el amor es fugaz, pero siempre deja
huellas, que perduran más allá. En las competencias escolares o en cualquier
lugar, el amor puede surgir, y nuestras vidas cambiar.
Terminamos este cuento, con risas, lágrimas y un poquito de lamento. Pero recuerden, el amor no se fuerza, ni se compra, ni se vende, se vive, se siente y en el corazón se prende.
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