domingo, 16 de agosto de 2009

Mi primera mini novela

Cualquier parecido con la vida real es pura coincidencia....



Con las manos sudorosas, templando de miedo, indeciso, el tiempo sigue corriendo los nervios no le permiten tener el valor para empujar aquella puerta; sus frías manos cogen una caja de rosas, un amigo le dice – Ya hazlo ahora, no tengas miedo si la quieres demuéstrale. Respira profundo y aun no tiene el valor de entrar a esa oficina donde se encuentra ese ángel que despertó en él las ganas de hacer las cosas bien, tiene miedo a las críticas, al ridículo, a que el momento le juegue un mal rato.

En su cabeza va creando mil situaciones posibles que pudiesen pasar, tropezarse al entrar, que se rían de él al verlo con su cajita de rosas, que no pueda mencionar palabra alguna, etc. Pero mientras en su cabeza creaba cualquier evento posible no se dio cuenta que alguien lo estaba observando con detenimiento, con detalle de cada gesto, cada paso que avanzaba cuando de pronto voltea y sus miradas se encontran… era el jefe del área que hacia un buen rato miraba su ritual de preparación o de nervios, esa mirada estaba lleno de energía, odio o no se que, pero hizo que el miedo al ridículo se vuelva miedo en un memo o una llamada de atención, nuevamente tomo aire empujo la puerta se le acerco a ella, debido a la circunstancia olvido su tantas veces ensayado discurso. Casi toda la noche le tomo decidir tal o cual palabra usara para que pueda explicar lo que siente, en ese momento solo atino a decir –Como gesto de mi sincero cariño deseo que me aceptes ese humilde regalo. Ella lo miró tratando de entender que es lo que estaba pasando; un silencio se apodero de la sala nadie sabía en si lo que sucedía.

Él extendía su brazo mostrando la caja de rosas, mirando sus lindos ojos, tratando de interpretar que es lo que estaba pensando, ella no reacciono o simplemente no quiso recibir la ofrenda que le traían. Él seguía mirando sus ojos imaginado que ella le decía que lindo eres. Sus piernas flaqueaban, se iba a orinar de miedo y aun tenia la caja en sus manos, se dio cuenta de eso porque había llegado por un momento perder el conocimiento y atino a decir tómalo son para ti. Ella los tomo no sabia si abrir la caja, dejarlo ahí y abrirlo estando en su casa, o simplemente botarlo… las posibilidades también eran infinitas.

Era la primera vez que se atrevía a llevar una rosa, no quería ser un galán, él solo buscaba decirle te quiero sin palabras, pero decir algo sin pronunciarlo o escribirlo es como no decirlo, nadie lee la mente de lo demás. Los nervios fueron pasando el bullicio nuevamente renacía pero aun mucho mas grande se iba haciendo la incertidumbre creada en él; necesitaba saber que pasaba por la mente de ella, si en toda aquella documentación del sistema que realizaban, si en todo esos diseños y teorías que necesitaba aprender, existía un pequeño lugar para pensarlo, sabía que no lo había o tal si… Él solo volvió a respirar profundamente hasta atorarse, en ese momento con dificultad para respirar pudo despertar... era un sueño más con aquella chica linda de cabello rizado y mirada inspiradora. Sonrío, y dijo hasta mañana mi ángel descansa.


El amor, no conoce fronteras, ni teme a los riesgos. Se traduce de infinitas maneras, para exteriorizar el sentimiento. Es manso y sumizo, si lo abrigas en tus brazos. Es rebelde y bravio, si lo partes en pedazos. Es trémulo y silencioso, cuando ya no queda nada. Y se oculta como el sol, en espera del mañana. - Miriam Jaramillo

¿Propuesta decente?

 ¿Propuesta decente? Cuatro grandes amigos como cada fin de mes se reúnen para almorzar juntos, después de estrecharse la mano y darse un ab...