sábado, 4 de julio de 2009

Detrás del mostrador…

Cada uno de nosotros en algún momento estuvimos frente a un escaparate o delante de un mostrador, mirando a lo que están detrás de ese separador, caminando, sonriendo, hablando o haciendo cualquier cosa. Te acercas a ellos o viceversa te dan una sonrisa, mirada a los ojos, saludo, te ofrece a ayudarte, te ayuda, te pregunta si puede ayudarte en algo más, mirada a los ojos y se despide dándote las gracias con una sonrisa más; quien no vivió ese tipo de servicio pero que hay en el fondo de todo eso. Alguna vez se pusieron a pensar en esas personas que te esta atendiendo, quizás con forzadísima amabilidad, o quizás sincera cordialidad. Se preguntaron como se siente esa persona que te acaba de saludar amablemente, te sonrió, y dentro de pocos minutos será victima de tus reclamos, de tus insultos por el simple hecho de no leer la información brindada al adquirir un producto o servicio…

Como para toda persona se tiene días buenos, días malos. Pero se imaginan cuantas personas con mal genio tienen que soportar ellos y tratar de atenderte con los parámetros de calidad que exigen en su centro laboral, y su trabajo consiste en ser una esponja que absorbe todo estos momentos y problemas ajenos (porque aunque no lo querramos podemos ser capaces de hacer sentir mal a las personas con un solo gesto) que por respeto a su cliente y a su trabajo no responde como quisieran responder. Imaginen como termina su día laboral; si es estudiante, ir a clases; llegar a casa y si su matrimonio o su familia esta en crisis, un ser querido enfermo, ahora póngase por un momento en los zapatos de ellos y trate de no explotar al final del día. Sé que dirán, “pero es su trabajo”, pero trabajar significa dejar de sentir. Un día tienes un ser querido con un estado de salud muy grave, vas al trabajo y un cliente muy asiduo te dice, “si no puedes atenderme bien, porque no te buscas otro trabajo” no te daría ganas de… responderle, humillarlo, aunque muchos diran los problemas de la casa se quedan en la casa, pero tu podrías llegar al trabajo con toda la felicidad del mundo sabiendo que tu ser querido se esta muriendo en tu casa...

Quién no quisiera llegar y ser atendido a la brevedad, que la atención que te brindan sea rápida, y eficiente. Quién no se fue alguna vez a un banco a hacer un pago de un préstamo y olvido llevar su código, saben que tiempo demora en ir a buscar el código, y si no eres el titular del préstamo y exiges ser atendido con rapidez, crees tú que lo mereces. Ya se que dirás “pero lo buscas en el sistema“, mas no sería ideal que lo tengas a la mano y puedas hacer una operación mas ágil.

Acá algunos tips para operaciones en los bancos, y que serán atendidos con amabilidad y rapidez:

- Si recibes dinero del exterior, di que tienes una REMESA.
- Si recibes dinero de cualquier parte del Perú se llama GIRO.
- Si quiere abonar dinero de una cuenta a otra cuenta se llama TRANSFERENCIA.
- Ten siempre una lista con los números de Tarjeta de Crédito, o número de préstamos en tu billetera. (que los números no pesan)
- Lee siempre los contratos que firmas, ahí te describen los beneficios, cobro y comisiones que producto o servicio que estas adquiriendo, y los términos a utilizar.
- Y sonríe siempre y verás que te devolverán una sonrisa mucho mas grande aún, además tu mismo sentirás mejor (el mundo es un espejo si le sonríes, te sonríe).
- Espera que te llamen para acercarte para hacer tus operaciones, no olvides que así como tu tienes cosas que hacer, todos tenemos tantas por hacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

guau aveces uno no se imaguina eso pero q bueno q personas como tu enseñen como expresarse ya q hay personas q no lo saben espero q sigas dando tus tips

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